ATUNES

ACTUALIDAD NATURAL

MÓNICA FERNÁNDEZ-ACEYTUNO

ABC, Lunes 10-4-2000

HUNDIR LA MIRADA

El que no cree en la vida, mira el mar, y no ve más que una superficie de agua donde sólo las olas se mueven. Pero hay que hundir la mirada y ver a los atunes entrando desde el Atlántico al Mediterráneo, en bancos, en bandadas, y ver los anzuelos que ya les están esperando, y ver la sombra de los barcos sobre el lomo gris de los atunes.

Cuentan Antonio Padilla Fuentes, y toda la tripulación del Toto II, que los peores días para la pesca del atún son los días de luna llena y los de luna menguante; y, los mejores, los de luna nueva, y estos días de luna creciente; y yo lo creo a pies juntillas, porque es fácil que un pescador exagere, pero muy difícil que se equivoque toda la vida. Hace unos días vieron los primeros atunes a doce millas de la isla de Alborán, donde el año pasado pescaron un atún, dicen, de quinientos kilos, de esos que hay que relevarse para agarrar la lienza porque, desde que pican, pueden pasar cinco horas hasta que lo suben al barco y deja el atún, en la cubierta, escamas tan pequeñas como las de una sardina.

En este nuevo día estará Antonio y toda la tripulación del Toto II, echando el anzuelo al atún desde primera hora de la mañana. Quien hunda hoy en este lugar del periódico sus manos, tocará la sal y el agua, las escamas y la luna.

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