ARTISTAS

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Antes de encender la chimenea, se puede admirar en la leña el trabajo de los cerambícidos, y el de los escolítidos, que es puro arte.

Mayor aún que el error de considerar al mundo el centro del Universo, se verá que ha sido creer que sólo el hombre hace arte, que no es artista la nube, o el sol que se marcha. Si bien los cerambícidos son burdos al trabajar la madera, lo de los escolítidos es asombroso, siendo tan pequeños estos escarabajos, qué hermosas galerías hacen, algunas parecen racimos que se bifurcan como las ramas de un árbol, otras el autógrafo de un pintor borracho. Los cerambícidos, cuenta el profesor Vives, los hay en España de muchísimos colores. Unos gozan de la misma protección que el rinoceronte blanco, asegura el entomólogo González Peña, y otros son plaga. La plaga de los olmos la favoreció un escolítido. Pero no por ello se le debe negar su arte, en esa galería que parece una estrella de mar con cien brazos, ¿o es que el escultor no consume mármol, piedra, árboles enteros? Ah, si un día se expusiera como arte su trabajo en la leña, ¿quién se atrevería a decir que no conoce a los escolítidos?

Mientras, en Jaraicejo, empujados por los vientos fríos del norte, informa desde Cáceres Antonio Morcuende, acaban de llegar las grullas. Al despegar dan vueltas como bailarinas.

Mónica Fernández-Aceytuno

ABC, 27-10-2003

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