ALCATRAZ

EL ALCATRAZ SIN ECO

Ayer miércoles, a las once y media de la mañana, pasó por delante del faro de Estaca de Bares, un grupo de ocho alcatraces volando de este a oeste, en línea, bordeando la costa gallega, casi a ras de una mar que no estaba muy rizada pero sí tenía algunos borregos, esa espuma blanca de las olas en el horizonte; informó Eugenio Linares, farero.

En otoño pasa el alcatraz a todas horas y, con temporal del norte, se cuentan diez mil alcatraces en un sólo día, haciendo tiras larguísimas que se anuncian por la costa, aunque su paso no tenga eco. Se trata de aves marinas muy grandes, de esas que salen en los documentales, vienen de Escocia y de Islandia, y tienen el pico azul, y unas alas blancas con un final muy oscuro. Cuentan que hace unos días, pasaron también unas orcas.

Pero de estos pasos, de estas cosas, no se entera casi nadie, la vida hace más ruido cuando se para. Ahora mismo, mientras salen las palabras de mis manos, el viento engulle el batir de alas del alcatraz, y el mar deshace la estela de las ballenas.

Mónica Fernández-Aceytuno

ABC, 7-10-1999

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